sábado, 30 de octubre de 2010

Jugando bajo la lluvia (303/365)

Los pronósticos acertaron: lloviendo a cántaros prácticamente todo el día. Las opciones no son muchas en estos casos, pero lo bueno es que unos folios y unas pinturas pueden traer largos ratos de paz y permitirnos tomar algo tranquilamente en un bar sin tener que perseguirlos entre las mesas. Hoy los artistas se inspiraron en Bob Esponja...



Y por la tarde, tal como estaba previsto, un magosto (castañada), a pesar de que seguía lloviendo, pero allí estaba mi tío con su chubasquero amarillo controlando las brasas... y 6 o 7 kilos de castañas que nos metimos entre pecho y espalda (junto con algunas empanadas, bizcochos, uvas, vino de la casa, cafecito...).



Es un lugar precioso, nos encanta ir allí en cualquier época del año. En verano se está de maravilla a la sombra de la parra y con la piscinita, e incluso en días como hoy, lloviendo a cántaros, es un lugar estupendo donde pasar la tarde (y lo que lo disfrutan los niños!!).



En un principio, intentamos mantenerlos dentro, y ellos se resignaban a ver la lluvia desde la puerta, o se entretenían jugando con Spiderman, coches y otros juguetes que había por allí... o su prima pequeña, que es el juguetito de todos ahora mismo!



Pero en cuanto dejó de llover un rato, ya no hubo quien los retuviera dentro... Salieron disparados a jugar fuera, con balones, piedras, palas, y todo lo que encontraron por allí. Mateo saltaba de contento...



... y yo haciendo mil fotos, la mayoría de ellas inservibles por la poca luz, y muchas desde el suelo, por culpa del grupo de Jackie (La vuelta al mundo) y el tema de este mes (cámara en el suelo), que me ha vuelto adicta a este punto de vista...



Y es que hay cosas tan bonitas ahí abajo...



No hay foto que pueda describir el estado lamentable en que quedó la ropa de mis hijos, sobre todo los pantalones. Pero os podéis hacer una idea: barro por todas partes, piedras que se dedicaron a trasladar de un lado a otro ("estamos investigando los bichos", se justificaba Mateo), montones de tierra que metían y sacaban de los cubos de playa con las palas y el rastrillo, fútbol con caídas exageradas, y por si fuera poco, un tobogán mojado... El paraíso de cualquier niño, vaya!



Bueno, de cualquier niñO (masculino)... Las niñas son otra cosa...



(la única que llegó más o menos limpia a casa...).

Menos mal que hoy dormimos una hora más!! (no os olvidéis de cambiar los relojes!!).

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